Cuando naces con la necesidad de tocar el teclado, ya sea del móvil o del ordenador, es inevitable que te acabes dedicando a ello. Me gusta escribir, es un hecho. Puedo escribir para mí, para los demás, para compartir o para liberar la mente de todo lo que me rodea. Unos corren o hacen papiroflexia; yo escribo. Y, además, me encanta saber. Sí, saber en el sentido de llenar mi cabeza de conocimientos, de aprender cada día algo nuevo y de absorber todo aquello que se me escapa de las manos. 

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Por eso empecé estudiando Protocolo y Relaciones Institucionales, para saber todo aquello que tenía relación con la organización de eventos. De ahí, pegué un salto hacia el periodismo. Y ahora, aquí me tenéis, envuelta en letras para resumir un poquito de mí. 

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Siendo Periodista y "Protocolista" era inevitable acabar en el mundo de las agencias: organizando eventos y transmitiendo a los medios todo aquello que resulta relevante desde las empresas. ¡Y qué empresas! Pues claro, gastronómicas tenían que ser. De momento tengo mis pies anclados al sector gastronómico y el mundo del vino, una faceta apasionante en mi vida que no sé a dónde me llevará pero que, de momento, me hace muy feliz.